La Procesión

PROCESIÓN Y COFRADÍA DE LAS ESCLAVAS DE LA SOLEDAD


La procesión de la Soledad es la más antigua de la Semana Santa alcañizana. Se fundó a finales del
 siglo XVI, concretamente en 1587, por la cofradía de Santa Ana de zurradores y zapateros.
 Hace, por tanto, más de 400 años que recorre las calles de nuestra ciudad la tarde-noche del Viernes 
Santo. 

En sus inicios, la procesión se dirigía hacia el convento de Santa Lucía, los años pares, y al convento 
de San Francisco, los impares. En el siglo XVIII, para evitar los trastornos de pasar por el puente, 
se acordó que en lugar de ir al convento de Santa Lucía se fuese al de San Gregorio de las monjas 
dominicas. En la actualidad, esta procesión se inicia a las 20:30 horas del Viernes Santo y recorre
 en años alternos la parte alta y la parte baja de la ciudad.

En el siglo XVIII también se acordó que la presidencia de la misma pasase de los cofrades de Santa
 Ana a los regidores de la ciudad. Las actas municipales del siglo XIX confirman que el Viernes Santo 
se celebraba la procesión de Nuestra Señora de la Soledad a la que asistía la Corporación y máximas 
autoridades (gobernador militar, juez de primera instancia…) y la banda municipal. A finales de 
ese mismo siglo, se insiste en que “…no se permita llevar otra clase de túnicas que las azules a los 
que llevan tambor durante la procesión del Pregón, así como túnica negra para llevar hacha o cirio en
 la de la Soledad”. En la actualidad, los varones que participan en la procesión siguen vistiendo túnica
 negra, complementada con caperuza rizada del mismo color.

La cofradía de las “Esclavas de la Virgen de la Soledad” se funda en 1925. Aunque su germen proviene 
de las “Camareras de Nuestra Señora de la Soledad”, quienes desde el siglo XVIII tenían entre sus 
funciones el vestir a la Virgen para la procesión del Viernes Santo. Este carácter marcadamente 
femenino se mantiene en la actualidad, siendo la única cofradía alcañizana que está integrada 
únicamente por mujeres. Su junta y todas las cofrades que así lo desean participan en la procesión 
vestidas de negro con tocado de peineta y mantilla.

La procesión se inicia con la Cruz, a la que sigue el estandarte con el emblema de la cofradía
 (corazón rojo atravesado por un puñal) acompañado de los faroles de las Siete Palabras. 
A continuación sigue la peana con la imagen del Cristo Yacente custodiada por la guardia romana. 
Tras ella, desfila la Virgen mecida por sus 14 portantes al ritmo marcado por la banda de tambores y 
cornetas de la cofradía de Jesús Nazareno. Precisamente una representación de esta hermandad y de 
la del Silencio, junto con ambas juntas directivas, participan también en el desfile procesional.

La devoción a la Virgen de la Soledad se remonta también a finales del siglo XVI, a 1572, 
fecha en la que según la tradición un peregrino —Juan de León— trajo a nuestra ciudad las imágenes 
de Nuestra Señora de la Soledad y del Santísimo Cristo. El deseo de construir una gran capilla para 
acoger a las “santas imágenes” se vio satisfecho en 1732, pocos años antes de demolerse el antiguo
 templo gótico de Santa María la Mayor, por lo que se decidió conservarla e integrarla (al igual que 
la torre campanario) al gran edificio barroco que hoy podemos contemplar. Por ello, la capilla de la 
Soledad es la más antigua del templo, anterior incluso a la propia construcción del mismo.

Comentarios

Entradas populares